Historia y Arte

 Templo Nacional de Santa Teresa de Jesús. 

                                        Plaza de España, 14 - Madrid. 



La primera presencia en Madrid de los Carmelitas Descalzos se remonta a 1586, cuando se fundó el convento de San Hermenegildo, que fue la sede del gobierno general de la Orden en España. Actualmente, es la parroquia de San José (c/ Alcalá, 43).


Los carmelitas descalzos tuvieron que dejar aquel templo en la desamortización decretada por Juan Álvarez Mendizábal (1836). Pudieron regresar a Madrid en 1888, y se establecieron entonces en la cercana calle de Evaristo San Miguel. En 1916 pusieron la primera piedra del actual convento e iglesia. La comunidad se constituyó aquí en 1924, y la iglesia se inauguró en 1928, con el título de Templo Nacional de Santa Teresa.

La iglesia y convento, fueron trazados por el arquitecto Jesús Carrasco-Muñoz, que se inspiró en la obra cumbre de Teresa, el Castillo Interior (también conocida como Las Moradas). Por eso tiene la apariencia de un castillo, coronado de almenas y con la fachada de la iglesia flanqueada por dos torreones. Así, enfrente del monumento a Cervantes y el Quijote, tenemos esta iglesia que honra a Teresa de Jesús y una obra cumbre de la mística española. 


En el diseño de la iglesia, el arquitecto combinó líneas medievales y renacentistas, con un estilo cercano al modernismo. Tiene planta de cruz latina y unas proporciones particularmente altas (50 metros de largo, 20 de ancho y 22 de alto; y la cúpula alcanza los 35), con tres naves, con cubiertas sostenidas y separadas por arcos rebajados. La nave central tiene grandes vitrales, y hay tribunas sobre las naves laterales. 

La portada tiene tres puertas con grandes arcos y reja, y está rematada por una imagen de la Virgen del Carmen, y el escudo familiar de santa Teresa. La fachada, en su ornamentación, refleja elementos del itinerario espiritual que Teresa describe en el Castillo Interior: así, en la primera planta encontramos culebras, lagartijas y sabandijas (que aluden a las pasiones humanas y dificultades con que el alma tropieza en sus inicios), mientras que en la tercera planta se muestran cabezas de ángeles (que hablan de la espiritualización del creyente que avanza en su relación con Dios). Y culmina este camino de ascenso e interiorización una hermosa cúpula, que simboliza el centro del alma ("perla oriental" lo llama Teresa) donde habita Dios. Es una cúpula de estilo bizantino, con tambor y linterna, decorada con azulejos policromados, obra de Daniel Zuloaga, y rematada una corona.  


Debido a la inclinación del terreno, la iglesia, que está al nivel del suelo de la Pza. España, alcanza la altura del cuarto piso en el altar, cuyo muro da a la calle Cadarso. El diseño original incluía, además, una torre de 90 metros de altura, (la entrada al convento se abre en su primer cuerpo), que iba a ser coronada por una imagen de Santa Teresa de Jesús de unos 6 metros, pero no llegó a construirse. 

El edificio fue levantado por suscripción popular y con el apoyo del rey Alfonso XIII y su esposa. Es la primera iglesia de Madrid construida con hormigón armado. Gracias a ello, resistió dos incendios: fue víctima de la quema de conventos de mayo de 1931; y en la guerra civil, el edificio fue de nuevo presa del fuego, y toda la comunidad sufrió el martirio. Una lápida, en la pared izquierda del cancel de la iglesia, los recuerda. 


Félix Granda, sacerdote y escultor célebre, hizo el retablo del altar mayor. En su cuerpo central, de abajo arriba, nos encontramos una imagen de S. Juan de la Cruz, otra, de Sta. Teresa (de 4,50 m. de alto; un  pelícano (símbolo de la Eucaristía) y el Calvario. Los cuerpos laterales tienen escenas marianas, y figuras de santos y santas carmelitas. En el frontal del altar vemos a los Doce Apóstoles.

En el crucero encontramos dos enormes lienzos de Francisco Gutiérrez Cossío (Pancho Cossío), que representan la "Apoteosis de Santa Teresa" (junto al sagrario, cuadro en el que vemos figuras y acontecimientos del siglo XVI) y la "Apoteosis del Carmelo" (junto a la Virgen del Carmen) donde encontramos numerosas figuras de esta Orden religiosa). Desde el punto de vista artístico son lo más destacable, junto con el retablo y la imagen de la Virgen del Carmen. Esta última procedía del convento carmelita de Alcalá de Henares, y fue también quemada en 1931, pero se salvó la cabeza, y un escultor reconstruyó el cuerpo. 


A los pies del templo, flanqueando la entrada, hay una capilla dedicada a la Virgen de Lourdes, con su imagen y pinturas alusivas a este lugar y advocación de la Virgen, y otra dedicada al Calvario, con un Cristo realizado por Olot y tallas de la Virgen y S. Juan hechas por Jenaro Lázaro Gumiel. 


En el templo encontraremos también las imágenes del Niño Jesús de Praga en la peana que está sobre el sagrario, San José y Sta. Teresa del Niño Jesús (altar lateral derecho). Además, dos cuadros modernos, de Santa Teresa y San Juan de la Cruz, de Diego Quejido García.

La Iglesia y convento fueron declarados Bien de Interés Cultural en 1995

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